Es una alteración del normal funcionamiento y desempeño sexual. Generalmente las disfunciones sexuales tienen componentes psicógenos, es decir pueden desencadenarse y mantenerse por factores psicológicos o emocionales.
Estas alteraciones pueden presentarse en el deseo, la excitación, el orgasmo e incluso en la saludable percepción de diferentes ámbitos de la sexualidad.

Las disfunciones sexuales en su mayoría pueden ser superadas a través de terapia, educación y entrenamiento. La mayoría de disfunciones pueden ser totalmente superadas.

El pronóstico generalmente es positivo, pero depende del interés y la disciplina del consultante para cumplir con el tratamiento.

Los sexólogos son profesionales ligados al área de la salud, con estudios de cuarto nivel en sexología.
El sexólogo le puede ayudar a conocer, entender y mejorar la vivencia de la sexualidad; además, le ayuda a superar disfunciones sexuales a través de diferentes técnicas individuales y de pareja.
Otro ámbito de actuación del sexólogo es la educación, por lo que le puede actuar en contextos educativos, comunitarios y familiares.

La educación sexual no adelantará el inicio de relaciones sexuales en los adolescentes o jóvenes.
Estudios de la OMS, ONU, UNICEF, UNFPA demuestran que la Educación integral en sexualidad contribuye a la iniciación demorada de las relaciones sexuales y que estas sean más seguras y con menos comportamientos de riesgo.

La sexualidad se encuentra presente en todos los seres humanos desde el inicio de sus vidas. La sexualidad, por lo tanto, debe tratarse desde que el niño es pequeño, acorde a su edad y desarrollo evolutivo.